miércoles, 19 de diciembre de 2012

¡Cuidado con el alcohol!


Las bebidas alcohólicas contienen etanol, que es una potente droga psicoactiva con un número elevado de efectos secundarios que puede afectar de manera grave a nuestro organismo.
Existen recomendaciones médicas de que un consumo ligero o moderado de alcohol no produce daño a la salud. Sin embargo, las personas que regularmente no consumen nada de alcohol no deben ser animadas a hacerlo, debido a la carencia de estudios controlados de intervención al respecto.
La cantidad y las circunstancias del consumo juegan un rol importante. Por ejemplo consumirlo después de una gran comida es menos probable que se produzcan signos visibles de intoxicación que con el estómago vacío. La hidratación también juega un rol importante.
El alcohol tiene un efecto bifásico sobre el cuerpo, lo cual quiere decir que sus efectos se modifican con el curso de las horas. Inicialmente hay sensaciones de relajación y alegría, pero su continuado consumo puede llevar a visión borrosa y problemas de coordinación. Las membranas de las células son altamente sensibles al alcohol, así que una vez que está en la circulación sanguínea, se puede esparcir en casi todos los tejidos del cuerpo.
El alcohol llega a la sangre entre 30 y 90 minutos después de ser ingerido. Se produce una disminución de los azúcares presentes en la sangre, lo que provoca una sensación de debilidad y agotamiento físico. Lo anterior es debido a que el alcohol acelera la transformación de glucógeno en glucosa y ésta se elimina de forma más rápida.
Otra acción del alcohol es que inhibe a la vasopresina, una hormona sintetizada por el hipotálamo y luego liberada por la neurohipófisis. Esta hormona es la responsable de mantener el balance de los líquidos en el cuerpo, ordenando al riñón que reabsorba agua de la orina. Si la función de la vasopresina falla el riñón empieza a eliminar más agua de la que ingiere y provoca que el organismo busque el agua en otros órganos. Esto provoca que las meninges, las membranas que cubren el cerebro, pierdan agua y por tanto aparezca el dolor de cabeza asociado al consume de alcohol.
Por otro lado, según un informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el alcohol es una amenaza para la salud pública en América Latina. El promedio de consumo anual de alcohol por persona en América es de 8,9 litros, y supera el mundial que alcanza los 5,8 litros, según el informe realizado en Panamá en 2008.

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